En la localidad de Barrancas existen dos o tres hombres que son inimputables; entre ellos, se encuentra Damian. Una persona que es adicta a todo tipo las drogas y, además, ha cometido innumerables hechos delictivos en diferentes comercios de la localidad. Un juez lo declaró inimputable, es decir, la justicia no puede proceder ante las denuncias que los vecinos realizan por sus actos.
La policía lo ha detenido en el cementerio, ya que se lo ha visto tomando las rosas y estampitas de las lápidas. Una vecina de la localidad, que pidió no ser nombrada, declaró que “estoy cansada de comprarle las rosas que yo mismo dejo en el cementerio”.
Esta persona resulta ser un problema para la sociedad de Barrancas, ya que reiteradas veces pide cosas y si no les dan lo que pide, amenaza con romper las vidrieras.