- 19 de abril de 2024 -
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El post anónimo que lanza una dura crítica al sistema de educación

2017-01-21 | Agustin Alarcon
 
Anónimo 
 
¿Cómo le llamas...
A un mundo que cambia cada 2 años, mientras el sistema educativo sigue siendo el mismo que hace más de 200 años? Nuestros niños hoy aprenden mucho más por YouTube y en la Universidad se la pasan estudiando 5 años para graduarse y darse cuenta que no saben nada.
 
Hoy se evalúa el nivel de las instituciones educativas en 70 países utilizando los exámenes PISA, donde el leer, saber matemáticas y ciencias rige quién es “superior” a los demás, esquivando la responsabilidad de enseñar competencias blandas y habilidades para la vida. Los Pensum académicos poseen una docena de materias, por no hablar de muchas más en algunos países, pero ninguna enseña a ser feliz, a ser un líder, a cómo manejar una entrevista de trabajo y ni siquiera algo tan básico como hablar en público. Enseñan 4 horas semanales de matemáticas y nunca se ha enseñado a alimentarse correctamente, dormir con conocimiento científico y, lo más importante, a gestionar las emociones.
 
¿Cómo le llamas...
A esas enormes decepciones provocadas por calificaciones, en un mundo donde permiten que nuestros niños se sientan inferiores por sacar una mala nota? Lo más extraño de todo es que se sabe científicamente que existen 8 
inteligencias en el ser humano. Cada uno de nuestros niños podría tener un potencial enorme en alguna de ellas, pero ahí están, siendo presionados y frustrandose enormemente porque les enseñaron que solo las matemáticas y las ciencias nos darán éxito.
 
El problema no solo radica en la forma como está estructurado el sistema educativo. Las Universidades cuentan con enormes imperios inmobiliarios, pero carecen de tecnología de punta en sus laboratorios y cada vez se otorgan menos becas para poder acceder a los estudios.
 
¿Cómo le llamas…
A los maestros que no tienen conocimientos en oratoria, no se encuentran actualizados en sus campos, muy pocos están capacitados para prevenir y controlar casos constantes de bullying y que a pocos les apasiona su trabajo como docente? Pero el problema llega aún más lejos, cuando nos damos cuenta que cuando el niño fracasa en el colegio, los padres culpan a los maestros y los maestros dicen que es responsabilidad de los padres. Un círculo vicioso de buscar culpables donde los únicos perjudicados son nuestros hijos.
 
¿A dónde hemos llegado con todo esto? A tener académicos impartiendo clases de Economía siendo evidente su falta de recursos y liquidez. A la aparición de un enorme mercado negro donde se venden títulos profesionales con sellos holográficos, registros numerados en portales oficiales y firmas oficiales de la Secretaría de Educación Pública por $3.500 dólares. Es aquí donde comienzan a aparecer los gobiernos corruptos que inventan evaluaciones de maestros con el objetivo de reducir la carga laboral de miles de profesores y así preparar la venta del sistema educativo de su país a grandes consorcios internacionales que se lucran de forma millonaria con la educación.
 
¿Cómo le llamas...
A que todo esto ocurre mientras levantamos a nuestros hijos a las 5:30 a.m. para que estén en clase a las 8 corriendo con suerte? Cuando es más importante dormir, jugar y socializar en la infancia que despertarse a una clase de matemáticas. Llegan al colegio y se les dan 2 horas de tareas para la casa, incluyendo fines de semana y a niños de 5 años se les enseña a leer y multiplicar, siendo que el cerebro no está preparado para estas labores según los más importantes neurocientíficos.
 
Cuando el sistema educativo se centra en que el 90% de sus clases sean completamente teóricas, lo que ocurre es que el 57% de los jóvenes que se gradúan no saben leer, ni escribir correctamente, a la vez que su nivel de comprensión es pésimo. Esto sucede porque se enseña a memorizar y no a aprender. Los estudiantes se matan memorizando una semana todo lo que necesitan para un examen y al terminar toda esa información se esfuma.
 
¿Cómo le llamas...
A los niños y jóvenes que hoy son llamados la “generación de los estudiantes huérfanos”, porque al llegar a casa sus padres viven tan ocupados en “cosas importantes”? Todo para pagar los créditos imposibles creados por el complot de las secretarías de educación, instituciones educativas y bancos, que no tienen ni idea de lo que están aprendiendo sus hijos. Por lo único que preguntan es por las calificaciones para terminar de dañar la autoestima de aquellos que no sacaron buenas notas, pero nunca hay un ¿Cómo te sientes? que mucha falta debe hacerle a nuestros hijos.
 
Aún hoy en muchas instituciones, los estudiantes no tienen la posibilidad de evaluar a sus docentes para conocer cómo se sienten ellos con la educación que están recibiendo y en pocos de los que esta práctica sí se implementa, estas evaluaciones son solo una fachada, porque aún se considera poco importante la opinión de los estudiantes. Lo que sí se hace es “controlar” de forma irresponsable la gran energía de muchos niños con una droga llamada Ritalina en medio de una clase aburrida. Y nos sorprendemos de la carta que escribió Dieguito de 11 años antes de lanzarse de un onceavo piso en Madrid, en la cual pidió perdón a sus padres por suicidarse, justificando que esta era la única forma de dejar de ir al colegio.
 
¿Cómo le llamas...
A los cientos de suicidios que suceden hoy en Corea del Sur, India, Japón y el resto del mundo?, Todo por no ser aceptados en la Universidad de sus sueños o por reprobar en la Universidad, lo cual los pone en el centro de una enorme presión social y familiar.
 
A esto yo lo llamo “Un crimen llamado educación”.
 
Sí, no es fácil aceptar esta realidad educativa y menos asumir nuestra responsabilidad.
 

Hoy el sistema educativo no le entrega las competencias necesarias a nuestros hijos  y es triste ver convertido algo tan noble como la educación, en algo que no solo no cumple sino que afecta a toda esta generación. 

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