Javier Milei pisó la esfera política en un contexto de hartazgo social e incertidumbre económica y propuso terminar con aquello que la sociedad parece que necesita; terminar con los privilegios políticos y apuntar a un modelo que se parezca a Norteamérica.
Los jóvenes son el grupo social de mayor tracción de votos de Javier Milei, donde el mensaje común parece ser "si el kirchnerismo y el macrismo fracasaron, hay que probar con algo distinto", "no se puede una Argentina distinta con los mismos de siempre", "se necesita un cambio urgente porque vamos a terminar como Cuba".
En un contexto económico donde el dólar no para de subir y dónde la inflación ya no se sabe hasta donde llega, es complejo tomar una decisión para el votante; aunque no para todos, la mayoría de los jóvenes eligen a Milei con total decisión.
En el caso de Bullrich, pareciera que no propone una propuesta concreta; de hecho, optan por cuestiones existenciales donde tienen a un filósofo que parecería funcionar como alguien que ayudaría a la gente a guiarla por un "buen camino".
Massa, por otra parte, pareciera proponer un modelo estatista dónde prevaleciarían políticas para estimular el consumo, como es el caso de los créditos a los monotributistas y a los jubilados; los cuales, impulsaron el consumo pero a costa de la impresora de billetes que terminaría en una inflación galopante.
El beneficio de "lo nuevo" es que el electorado no tiene hechos para sostener una negativa, desde lo que se puede inferir el futuro de sus políticas es a través del discurso de Javier Milei; que pareciera inclinarse por darle el mando al Mercado de las políticas económicas, poniendo el foco en la macroeconomía, y soslayando por completo al emprendedor de a pie o a la micropyme.
¿Qué pasará? Entre quien entre al gobierno, ¿podrá generar una transformación en la Argentina? Pareciera que la esperanza es algo que continúa en la sociedad Argentina, la esperanza de un cambio que nunca llega.
